Mirai es una de las botnets más conocidas y peligrosas de la historia. Esta botnet fue descubierta en agosto de 2016 y se convirtió rápidamente en un problema importante para la seguridad de internet.
Una botnet es una red de dispositivos conectados a internet que han sido infectados con malware. Estos dispositivos pueden ser computadoras, smartphones, routers, cámaras de seguridad y otros dispositivos conectados a internet. Una vez que un dispositivo ha sido infectado, es controlado por los creadores de la botnet y puede ser utilizado para llevar a cabo ataques cibernéticos.
Mirai fue especialmente peligrosa porque se enfocó en dispositivos de internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), que son dispositivos cotidianos como cámaras de seguridad, termostatos y electrodomésticos que se conectan a internet. Muchos de estos dispositivos tienen configuraciones de seguridad débiles o nulas, lo que los hace vulnerables a la infección por malware.
Una vez que se infectaba un dispositivo con el malware de Mirai, el dispositivo se unía a la red de botnets controlada por los atacantes. Los dispositivos infectados podían ser utilizados para llevar a cabo una variedad de ataques cibernéticos, incluyendo ataques de denegación de servicio (DDoS) que sobrecargan los servidores de destino con tráfico falso.
Los ataques de Mirai fueron especialmente preocupantes porque podían afectar a servicios críticos como los servicios de internet bancarios, de salud y de gobierno. También se informó que Mirai fue utilizado para realizar ataques masivos a servidores de juego, interrumpiendo servicios en línea para millones de usuarios.
La botnet Mirai fue creada por un grupo de hackers conocido como "BestBuy" y fue vendida en foros clandestinos de internet a otros hackers. Esto significa que Mirai no fue solo una amenaza creada por un grupo pequeño, sino que fue ampliamente adoptada por otros actores maliciosos en la red.
A modo resumen, Mirai fue una botnet muy peligrosa que se enfocó en dispositivos de internet de las cosas (IoT) para crear una red de dispositivos infectados que podían ser utilizados para llevar a cabo una variedad de ataques cibernéticos. Su descubrimiento resaltó la importancia de la seguridad en los dispositivos IoT y de la necesidad de mantener los dispositivos conectados a internet seguros y actualizados.